Para muchos y muchas adolescentes, el aislamiento por la Covid-19 que empezó pareciendo unas vacaciones extendidas se terminó convirtiendo en un año entero de educación a distancia, encierro y descontento social. A una edad en la que tendrían que estar en la escuela, desarrollando su sentido del ser y de la comunidad, sentían más bien que los días se encogían y aplanaban, reducidos a cuadritos en llamadas de Zoom. En los siguientes diarios, elaborados entre agosto de 2020 y febrero de 2021, un grupo de bachilleres californianos reflexionan sobre las distintas maneras en las que la pandemia ha trastocado su vida.

Los autores y artistas seleccionados participaron en el programa BioJam Camp, el cual introduce a jóvenes racializades al campo de la bioingeniería y el biodiseño a través de su propio conocimiento cultural, sus experiencias de vida y su creatividad. Son jóvenes que provienen de comunidades del área metropolitana de la Bahía de San Francisco y que, además de la pandemia, experimentaron una devastadora temporada de incendios. Entre el humo y los aerosoles, haciendo malabares entre los hermanos y hermanas menores y la incertidumbre económica, estas juventudes valientes planearon una serie de proyectos benéficos para la comunidad. Organizaron sesiones de distribución de cubrebocas para jornaleros, una instalación artística en el Aeropuerto Internacional de San José, un webinario para la región agrícola de Salinas y un taller para un congreso científico. Estos “Diarios de pandemia” incluyen relatos en audio, video, poesía y tiras cómicas, y les brinda una oportunidad para contar su propia historia sobre la experiencia de crecer en tiempos históricamente devastadores.

La covid hizo mi mundo trizas

POR VIANEY
Audio en ingles

Me da risa que cuando esto empezó los estudiantes nos emocionamos porque pensamos que tendríamos una semana más de vacaciones de primavera. Pero ya pasó casi un año desde que las escuelas cerraron.

Esto se convirtió en una especie de tsunami inesperado. De golpe, mi vida entera se hizo pedazos. Me arrebataron todo aquello por lo que tanto me había esforzado. Estaba a una semana de presentar mi obra de teatro, y eso me lo arrebataron. El equipo de natación desapareció, y sentía que nada sosegaba mi salud mental que apenas había empezado a ir por buen camino. En ese momento dio un vuelco y siguió empeorando a lo largo de los meses venideros. O quizá debería llamarlos pasajeros, pues no sólo para mí, sino para toda la gente a mi alrededor, las horas se convirtieron en días, los días en semanas, las semanas en un borrón de meses, y, en un parpadeo, transcurrió un año entero.

Me enfurecía ver publicaciones y stories de gente que iba a fiestas y disfrutaba sus supuestas “vacaciones”, mientras los demás a su alrededor se desmoronaban. Muchos terminaron desempleados o sin suficientes horas de trabajo porque esa gente no entendía el significado de “quédate en casa”. Ahora bien, a lo mejor sólo me enfurece porque mi familia era una de ésas. Para mi mamá no era fácil salir adelante, vivir al día, y yo no podía hacer más que observarla, con lágrimas en los ojos… Ahí fue cuando empezó todo. A un mes de entrar a clases, en septiembre, todo se fue a la mierda. Mi salud mental estaba devastada. Levantarme de la cama era un lastre. Comer era un suplicio. Y hablar con otras personas era una pesadilla. Quedé atrapada en una jaula de la que no podía salir, a pesar de que tenía las llaves. Mi cuarto se convirtió en mi santuario. Mi abuela falleció en octubre, y yo sentía que Dios me odiaba. La esperanza se desvanecía a medida que las sombras del pasado volvían para acecharme. Entre tanta oscuridad no había ni el más mínimo rayo de luz. Y, mientras mis compañeros sonreían y reían, yo lloraba y moría. Lo que la gente no parece entender es que, tanto para mí como para muchas personas, la escuela era un refugio. Un lugar al cual escapar. Un lugar para distraerme de… bueno, cualquiera que me escuche puede completar esa oración.

La pandemia no me ha tratado bien. Y sé que todo el mundo tiene sus propias historias, pero ésta es una parte de la mía.


Lunes de cuarentena

POR TRISHA SATHISH
Subtitulos en ingles

Lunes de cuarentena

7:15 lavarse los dientes
7:20 peinarse
7:25 limpiar el escritorio
después de pasar una hora en tik tok
hora del desayuno
una taza de agua caliente
y yogurt + granola para iniciar el día
revuelve, revuelve
de vuelta a mi cuarto
9:20 escribir lista de pendientes
9:30 hacer tarea de precálculo
10:50 ¡descanso y estiramiento!
refrigerio = tofurkey y naranjas
hora del almuerzo
requirió cero esfuerzo, ¡ups!
ramen de whole foods + salsa picante
1:00 clase avanzada de principios de cómputo
más naranjas
se acabó la clase
4:00 hora del té
4:30 junta
naranja #100000
9:30 hora de la mascarilla
10:30 ¡buenas noches!


Sobre Las Cuadrillas
(About the Crews)

POR JAQUELINE CHAVEZ-MELENDEZ

Casi no se escuchan de ellos, 
Pero deben saber para ser sinceros. 

La gente campesina se agachan, 
La gente campesina cortan las hojas de brócoli, 
La gente campesina siembran y crean frutas y vegetales, 
La gente campesina lo empacan todo, 
La gente campesina alimenta América. 

Las reglas del campo recompensan más por las horas que trabajen. 

Y después entra la pandemia, 
Que nomás hace su trabajo más laborioso. 

Con solo una mascarilla reusable para todo el año. 
Vienen al trabajo enfermos porque la falta de trabajo les hace mas daño. 

Les pagan menos si se enferman y dejan de trabajar, 
Pero tienen que luchar. 

Luchar por sus sueños, 
Luchar por sus familias, 
Luchar por la renta, 
¡Luchar en alimentar a toda la gente! 

Son luchadores.

Dedicada para la Cuadrilla 254 

They are hardly heard of,
But you must know them to be honest.

Field workers bend down,
Field workers cut broccoli leaves,
Field workers plant and grow fruits and vegetables,
Field workers pack and sort everything,
Field workers feed America.

The rules of the field pay more for more hours they work.

And then the pandemic comes,
Making their job much more laborious.

Provided with only one reusable mask for the whole year.
They come to work sick since missing work hurts them even more.

They get paid less if they get sick and stop working,
But they need to fight.

Fight for their dreams,
Fight for their families,
Fight for their rent,
Fight to feed all of America!

They are fighters.

Dedicated to Crew 254


A lo lejos

POR MELEY HAILE, ANNE HU, PENELOPE MEDINA-SANCHEZ, ALESSANDRO MONTERO,
TRISHA SATHISH, EMILY TAKARA, IZABELLA TEJADA

A lo lejos (From a Distance) es un cartel colaborativo, diseñado por los jóvenes participantes de BioJam, que fue elegido para ser presentado en la exposición Holding the Moment, 2-D Work Exhibition en el Aeropuerto Internacional de San José Norman Y. Mineta, en California. Las y los mentores adolescentes y participantes dibujaron en las plantillas que usaban para crear sus propios cubrebocas hechos de micelio, las cuales decoraron con parte de sus experiencias e historias personales durante la pandemia de la covid-19. Se les podría considerar “apuntadores” que impulsan a otras personas a reflexionar sobre sus propias rutinas de autocuidado, su comunidad, su conocimiento sobre temas de salud y sus prácticas sanitarias.

POR MELEY HAILE
POR ANNE HU
POR PENELOPE MEDINA-SANCHEZ
POR ALESSANDRO MONTERO
POR TRISHA SATHISH
POR EMILY TAKARA
POR IZABELLA TEJADA

Soñar con el futuro

POR EMILY TAKARA


Un día típico en la escuela

POR PENELOPE MEDINA-SANCHEZ

“Un día típico en la escuela”
por Penelope

Me levanto a las 8:30
Entro a WEBEX *clic*
2do periodo 9:05
3er periodo 10:10
4to periodo 11:15
5to periodo 1:15
3:10 – 10:30
6to periodo 2:20 a 3:10
Termina la escuela, ceno y me voy a la cama. No me había sentido tan desmotivada por algo que hiciera que el día fuera tan corto 🙁


Vida de cuarentena

POR IZABELLA TEJADA

Vida de cuarentena

“Todo empezó el viernes 13 de marzo en SAFEWAY
Estantes vacíos → Carritos llenos

MUDANZA de la ciudad al campo
Camión de mudanza
Fresas

Me fracturé el tobillo…
Sí, el dibujo a la izquierda describe de forma muy precisa lo que me ocurrió esa noche tan trágica. Con mis calcetines de patitos, andando sobre el suelo de losas resbalosas, me resbalé y caí en el tobillo derecho mientras iba subiendo las escaleras para escuchar música. Escuché un crujidito al caer y desde entonces no pude mover la pierna sin sentir un dolor agudo. En el hospital me enteré de que tenía fracturado el tobillo y tenían que ponerme un yeso. La dolorosa noticia de que no podría jugar soccer al menos cuatro meses fue peor que el dolor físico. Acostumbraba jugar soccer todos los días. No fue idóneo, pero al menos no me perdí ningún campeonato importante mientras me recuperaba. Ahora estoy más fuerte porque aprendí más sobre mi cuerpo y sobre sanar.

Abrí Instagram…
Bueno, hice una cuenta en el celular de mi mamá
Me enteré de lo de George Floyd por Instagram →
JUSTICIA PARA GEORGE
BLACK LIVES MATTER

Adquirí algunos nuevos pasatiempos
PINTAR — Seguí muchos tutoriales de Bob Ross
& YOGA — He estado haciendo yoga cada mañana

Cambié de club de futbol
Como verán en el dibujo de arriba, tuve que cambiar de club de futbol cuando mi familia se mudó. Me tomo el soccer muy en serio, así que buscamos el mejor club de futbol de la zona, que sabíamos que era la academia para chicas de los ex San Jose Earthquakes. La pandemia hizo que US Soccer cerrara sus academias de desarrollo, y los Earthquakes eran parte de eso, así que cerraron también su programa de formación para mujeres. Por fortuna, Andrés Deza, nuestro genial director, estaba decidido a abrir un nuevo club de alto nivel. Como dijo Andrés una vez, “de las cenizas renace el ave fénix”, y así fue que nació FC Bay Area, mi nuevo hogar al que tanto quiero.

Gran renovación de mi cuarto
“Tuve que pintar las paredes rosas de color blanco.”

Escuela online
Las primeras semanas de las clases en línea fueron increíbles. Podía administrar mi propio tiempo y me sentía productiva. Pero, a los dos meses… me ardían los ojos por ver la computadora todo el día. Estoy superfeliz de que mi escuela decidió distribuir las clases, porque no me imagino teniendo todas las clases en un solo día. Por el lado positivo, hay cosas que siempre nos unirán, como “tienes el micrófono apagado” o “no vemos tu pantalla”. En cierto modo, siento que siempre compartiré esos momentos con mis compañeros y maestros. Aunque ha sido difícil aprender en línea, estoy muy agradecida de que mis maestros se esfuercen tanto por enseñarnos. Así tendré muchas historias que contar en el futuro.

BioJam Camp
En medio de la pandemia, tuve la increíble oportunidad de seguir participando en el BioJam Camp como mentora adolescente. ¡Esto me salvó la vida! BioJam se realizó en línea durante el verano, pero por fortuna continuó a lo largo del año. BioJam me ha ayudado a involucrarme con otras personas y no aburrirme. También me permite expresar mi creatividad libremente mientras construimos una comunidad. Los mentores que tengo, como Corinne y Callie, me han inspirado una gran confianza en temas vitales, como la bioingeniería.